Algo de lo que nunca me cansaré es de decir lo que me gusta realizar estas sesiones de pareja. Las veo casi, casi fundamentales ya que resultan esenciales para romper el hielo entre la pareja, la cámara y yo. Por muy acostumbrados que podamos estar a hacernos o a que nos hagan fotos, todo parece cambiar cuando nos ponemos delante del objetivo de un fotógrafo profesional. De repente la cámara parece que nos impone y con estas sesiones previas, todo eso se diluye, todo se hace más natural. De esta manera, el día de la boda todo fluye mucho mejor.
Con Arancha y Felipe, todo resultó ser muy sencillo. Desde el primer momento estuvieron dispuestos a pasárselo bien y a disfrutar mucho de esta sesión y del bonito recuerdo que les va a quedar. El sitio en el que estuvimos es espectacular. Tengo que agradecer a mi compi Antonio que me llevara a conocerlo, ya que ha sido todo un descubrimiento, y la pareja, tan guapos por fuera como por dentro. Arancha tiene una sonrisa que enamora y nos estuvo alegrando la sesión con ella en todo momento. Felipe fue algo más tímido, pero todo el tiempo estuvo muy pendiente de su chica… y, bueno, qué os puedo decir de su adorable amiga de cuatro patas… ¡Fue un amor!
Gracias pareja, por hacerme disfrutar tanto de esta sesión con vosotros y por ponerme todo tan fácil. ¡Así da gusto trabajar! Estoy deseando que nos veamos en vuestra boda, ¡que es dentro de cuatro días…! Será, sin lugar a dudas, un día inolvidable…